La vida humana comienza en el
momento exacto de la unión del óvulo y el espermatozoide; es decir, con la fecundación.
El cigoto, expresión unicelular de la persona humana, crece y se desarrolla
para convertirse en un ser completo, hombre o mujer, que nace y vive.
El nuevo ser vivo representado
por el cigoto, experimenta ahora una serie de cambios que van a culminar con el
desarrollo de un individuo que cuenta con todos los órganos y sistemas
necesarios para desenvolverse en este mundo. Este nuevo habitante, desde que
comienza siendo cigoto ya posee almacenada en su ADN todas las características
funcionales, físicas, conductuales, etc., que expresará al interactuar con los
demás seres humanos y su entorno. Por lo tanto, la persona humana está presente
en el cigoto.
En la especie humana el período
de gestación o embarazo, dura alrededor de 270 a 280 días, o sea, entre 38 y 40
semanas. Durante este tiempo, el nuevo ser humano pasa por una serie de cambios
que se suceden en tres fases: segmentación, morfogénesis y diferenciación.
·
Segmentación: es la etapa en que el cigoto,
única célula, se divide numerosas veces para originar primero dos células,
luego cuatro, ocho, etc. Las células resultantes se denominan blastómeros; son
más pequeñas que el cigoto, y sin embargo ya poseen la misma información
genética que él.
·
Morfogénesis: corresponde al proceso que dará
origen a los futuros órganos del embrión. Durante esta fase se producen divisiones
y migraciones celulares, lo que determina la presencia de tres capas de
células: ectodermo, mesodermo y endodermo. Cada una de estas tres capas
celulares será el origen de los distintos órganos y sistemas del cuerpo humano.
·
Diferenciación corresponde al proceso que
permite que las células de las tres capas celulares se diferencien para generar
los distintos órganos del embrión.
Placenta es el órgano que aporta los nutrientes y el oxígeno
necesario para la supervivencia del embrión y elimina los desechos producidos
por él. La placenta está formada por tejidos de la madre y del feto, ambos
ricos en vasos sanguíneos. Sin embargo, la sangre materna y la fetal nunca se
mezclan directamente.
La comunicación fisiológica entre la madre y el feto se
logra a través del cordón umbilical, que permite al feto nadar libremente
dentro del amnios.
Primer trimestre
·
Es la clave del desarrollo humano. En la segunda
semana de vida el embrión alcanza una longitud aproximada de 1,5 milímetros, y
empieza a desarrollarse el eje mayor de su cuerpo.
·
En esta etapa del desarrollo embrionario, la
mujer puede percibir un atraso, respecto de la fecha en que espera la llegada
de la menstruación. Aunque no se puede decir con seguridad que se trate de un
embarazo, es posible que la desaparición de la menstruación sea la clave para
intuir que se ha concebido un hijo, si es que se han mantenido relaciones
sexuales previamente.
·
Al término de la tercera semana, el embrión
tiene una longitud de 2,3 milímetros aproximadamente y se empiezan a formar la
mayoría de sus sistemas de órganos. El primero en desarrollarse es el sistema
nervioso central, es decir, la médula espinal y el encéfalo. Alrededor de los
20 días de vida, el corazón que aún no tiene una forma definitiva, ya empieza a
vibrar y luego a latir.
·
Una vez que el corazón del embrión comienza a
latir, tan sólo a dos semanas y media después de la fecundación, no se detendrá
hasta el final de la vida del individuo, latiendo unas 100.000 veces por día en
su etapa adulta.
·
Posteriormente, la cabeza y el cuello van
tomando su forma, y los ojos y los oídos inician su desarrollo.
·
Alrededor de las cuatro semanas, el embrión mide
5 milímetros y su masa ha aumentado 7.000 veces desde su concepción (fecundación). A partir de esta etapa, comienza el
desarrollo de músculos, huesos y tejidos conjuntivos. Se inicia la formación de los brazos,
piernas, rodillas, dedos y las facciones del rostro.
·
Hacia el final de las ocho semanas la longitud
del embrión alcanza unos 3 centímetros, los huesos de sus brazos y piernas
comienzan a endurecerse y adquieren una suave movilidad que la madre no puede
percibir aún. La mandíbula empieza a definir la forma y la condición que
capacitará al embrión para realizar sus primeros intentos de succión.
·
Al término del primer trimestre el embrión pasa
a llamarse feto, mide unos 7 centímetros de largo y su masa es de unos 20
gramos. Su cabeza toma una forma más redondeada y representa las dos terceras
partes del tamaño del cuerpo. Se desarrollan
la mandíbula con 32 yemas dentales permanentes, y los reflejos como el del
sobresalto y el de succión. Además, se
han formado todos los sistemas orgánicos principales y comienza el desarrollo
de los órganos reproductores externos.
·
A partir del tercer mes, la función de la
placenta es la nutrición del feto, que se encuentra unido a ella por el cordón
umbilical. Hay intercambios de
sustancias alimenticias y de desechos entre el feto y la madre, y traspaso de
anticuerpos que protegerán al bebé de contraer enfermedades una vez que nazca.
Por este vínculo, el cordón umbilical, el feto puede contagiarse de
enfermedades infecciosas que la madre puede tener: rubéola, tifus, sarampión y
SIDA, entre otras.
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